El Consejo Superior de la UNS aprobó por unanimidad este miércoles 12 un proyecto para concretar la postergada reapertura y puesta en funcionamiento del Instituto de Humanidades, que el nazi rumano Remus Tetu cerró en sus primeras horas como rector interventor, en febrero de 1975.
Resulta muy significativo que la novedad llegue en días en que transita sus jornadas finales el juicio por crímenes de lesa humanidad perpetrados por la Triple A, organización criminal que Tetu dirigió desde el Rectorado de la UNS.
Desde la ListAzul votamos con alegría el proyecto de reapertura del Instituto, entendiendo que se inserta dentro de un necesario camino de recuperación de Memoria que -es importante marcarlo- resulta profundamente vinculado también al crecimiento académico.
El Instituto de Estudios del Tercer Mundo “Eva Perón”, como se llamaba 47 años atrás, participó por entonces de un conjunto de innovaciones académicas propuestas por el Departamento de Humanidades para continuar la senda del de Economía, cuyo plan de estudios de la época se referencia aún hoy como de avanzada en la materia.
Los documentos rescatados por la Comisión Provincial por la Memoria permiten conocer el proyecto de la comunidad de Humanidades para reformular sus programas “en función de un proceso de transformación social”. La nueva oferta incluiría variados seminarios y la participación de docentes propios de reconocida formación, como Marta Garelli, Mario Usabiaga (con anterior trayectoria no docente, y víctima luego de la represión dictatorial), Juan Carlos Garavaglia y Lidia Henales, y otros invitados, como Heriberto Muraro, Ricardo Carpani y Eduardo Galeano.
“Con el compromiso y la responsabilidad que a todos nos compete, será posible la restructuración del Departamento de Humanidades, una de las tantas tareas que exige la liberación nacional y social de nuestro país”, cerraba aquel proyecto académico en ciernes, con las firmas de la interventora departamental Beatriz Ocampo y su secretario académico Mario Merlino.
Cuando meses después se produjo su desembarco en la UNS, Tetu descargó sobre Humanidades, Economía y Geografía particular represión y censura, reuniendo las tres unidades académicas en una, cerrando las inscripciones a sus carreras, expulsando docentes y diluyendo en la fusión sus institutos de investigación.
En los partes de prensa que días después informaron la decisión, el interventor calificó al Departamento de Economía como una “sucursal de la Universidad Patricio Lumumba de Moscú” y al de Geografía como una fábrica de “antisociales”.
Pero su revancha personal fue en Humanidades, de donde habían logrado expulsarlo en 1973 las asambleas de la comunidad departamental y la decisión final del entonces ministro Jorge Taiana padre. Por eso el parte de prensa con que el 24 de marzo de 1975 trató de explicar sus decisiones abunda en difamaciones al colectivo docente del Departamento y los grupos de investigación del Instituto.
En 1983, con la reapertura democrática, la gestión normalizadora de la UNS emitió una resolución para restablecer el funcionamiento de los institutos clausurados, entre ellos el de Humanidades. No obstante, 38 años después permanecía inactivo.
El proyecto aprobado este miércoles 12 por el Consejo Superior, señala uno de sus considerandos, “procura profundizar la articulación entre las actividades de investigación, docencia y extensión, fomentar la creación de redes con otras instituciones y dar un marco institucional desde el cual se oriente la formación de graduadas/os que emprenden estudios de Posgrado en la unidad académica”.
A su vez, el reglamento del recuperado Instituto de Humanidades “tiene como objetivos organizar, coordinar y promover la investigación, contribuir a la formación de recursos humanos y promover la realización de trabajos de investigación que colaboren con la solución de problemas de índole local y regional”.
Como parte integrante de la comunidad universitaria, y habiendo sostenido siempre las banderas de la Memoria, la ListAzul celebra este acto reparatorio. Se incluye, entendemos, en la senda marcada por uno de los considerandos de la resolución con que el Consejo Superior repudió el 24 de marzo último toda acción contra la democracia y los derechos humanos. La UNS, marcaba aquel proyecto convertido en resolución, tiene una deuda consigo misma y con la sociedad: “problematizar su propia historia”.
Este es un paso central en esa dirección, no sólo para saldar deudas con la Memoria sino también para abrir un auspicioso camino de futuro. Vayan nuestras felicitaciones a la comunidad de Humanidades, al Consejo Superior en pleno y a todas las personas que han contribuido a este hecho histórico trascendental.